©2010, Eugenio Zigurat
Si viviera, tendría la espantosa cantidad de 86 años. Es decir, si no hubiera muerto a sus 54 años. No sé a ustedes, pero a mí me da la sensación de que el señor de las películas apresuradas tenía buenas razones para filmar a tan alta velocidad.
Famoso entre la comunidad de la CF por su Plan 9 del espacio exterior, que entre muchas otras cosas inaugura el reciclaje de tomas hechas por otros autores, la fusión de géneros de forma extrema para utilizar el material real que se posee
, hasta el día de hoy, cada vez con mayor frecuencia (y aquí hasta puedo usar la cita favorita de Borges de Porcayo), "ya no van quedando lectores simples, todos son unos críticos potenciales" y no importa cuántas porquerías se zampen en el televisivo pan nuestro de cada día, en cuanto ven a Ed Wood se les llenan los hociquitos de palabras altisonantes y expresiones denigratorias, así acaben de salir de la infancia y recién hayan entrado en la adolescencia, porque parece que más bien eso de criticar la "ridiculez", la "seriedad" y la "trascendencia" de las cosas es algo que les nace a todos en plena adolescencia. Antes de eso, como diría el buen doctor Freud, todos son simples y vulgares "perversos polimorfos" que gozan como enanos o pequeñas bestezuelas con cuanta cosa disfrutable se encuentren. Y en esa categoría de cosa, incluyo hasta los humanos, por supuesto.
La cosa se pone peor cada vez que a alguien se le ocurre, en una revista, ponerse a hablar de arte, algo raro le pasa a sus neuronitas, como si de pronto entrara por la puerta principal al palacio de Buckinham y de ahí pal real sólo tratara de demostrar cómo siempre ha sido de sangre azul y siempre ha pertenecido a esa sociedad...
Nada más patético, por supuesto. Cada cosa tiene su lugar en este torcido mundo y hacerse pasar por lo que no eres es del peor gusto.
Todo lo anterior sólo para decirlo un poquito más claro que cuando hablé de zombis: hay en el cine obras que no son de sangre azul, que no pertenecen a la categoría de los óscares, ni los nobeles... pero que sin ellos nomás no habría nada nuevo por estos lugares...
¿Puede alguien en sus cinco sentidos asegurar que sin Ed Wood tendríamos Doctor Who, Star Trek, Space 1999 y todas esas series de CF que se se hicieran con tres centavitos y un bistek?
¿O peor aún, puede alguien decirme sin arrancarse un pedazo de lengua con el mordidón que las películas del Santo, las de Piporro contra los monstruos, las de Caperucita Roja contra los monstruos y todas las otras cosas (incluidas las tonterías de Capulina y Clavillazo) que muchos vimos en nuestra temprana infancia existirían sin el ejemplo de Ed Wood?
A mí, lo que es a mí, me late que niguas, que para nada funcionaría nuestro cine fantástico sin ese ejemplo extremo. Es más, el pobrecito de Juan Orol hubo de dejar su natal España para venirse a hacer cine de gángsters en nuestro país tan adorador, sin saberlo, del modelo de Ed Wood.
México ama a Ed Wood, aún sin saberlo.
Y ese, sólo ese, sería motivo suficiente para celebrar el día de hoy el nacimiento de su creador, si no existiera, por supuesto, la revindicación de Tim Burton que a muchos ha hecho, por ese simple acto, respetable, que no digerible, su trabajo.
Por supuesto, lo peor que podrían hacer sería quedarse con la versión de Burton sin mirar ese Plan 9 y luego confrontarlo con algunas de las emblemáticas películas del Santo.
Por cierto, ya no le sigo porque ya empezó la AAA y Koslov y una Punketa le están partiendo su mandarina a la Pimpi y a una de las Apache... y nomás no entiendo nada.
Ai disfrutan sus cosas, antes de volver por un pedacito más de lo mío. Je, je.
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