©2010, Jesus Ramírez Bermúdez |
El señor FG, un hombre de 70 años de edad, desarrolló síntomas comúnmente asociados a la enfermedad de Parkinson, como dificultad para iniciar movimientos corporales, marcha lenta, con pasos cortos, arrastrando los pies, temblor de las extremidades y rigidez. Fue atendido en el hospital Belleveau por la doctora Catherine Thomas Antérion, en el encantador poblado de Saint-Éttiene, al oriente de Francia.
Cuando la enfermedad llevaba seis meses de evolución, experimentó por primera vez alucinaciones visuales: veía a su madre, quien había muerto veinte años antes. La visión era de naturaleza fluctuante, ocurría a cualquier hora del día, y más que terror o sorpresa, provocó en el señor FG sentimientos de decepción, pues la imagen permanecía sin habla.