La Antepenúltima Verdad
Artículos y Ensayos

5.2.09

Los Zombis En El Séptimo ¿Arte?

© 2009, Eugenio Zigurat |

Dicen que lo peor es empezar con una pregunta, pero de dónde si no, nacen las búsquedas, los análisis, todo escrito.
Esta, se supone, es una revista preocupada por el arte... ¿Entonces por qué hablar de cine de zombis?
Y si a esas vamos ¿por qué hablar de cine?
Nadie podrá discutirme un hecho simple: el cine no figuraba entre las artes de la cultura de la Edad de Bronce. Vaya, ni a musa llega. ¿Quién fue el idiota que sugirió que el cine era el séptimo arte? Supongo que el mismo que aseguró que éste reúne a un puñado de las artes helénicas, lo que no demuestra su valor, sólo el afán de hacer licuados.
¿Y qué clase de idiotas siguen creyendo que las únicas artes válidas son las que fundaron los griegos?
Ahí está Wikipedia, si quieren respuestas literales (sin pretender con esto, demeritar el valor de la Wiki o de cualquier enciclopedia. Pero hay que ir más allá). Vaya, hasta la enciclopedia Británica pueden intentar, si quieren respuestas oficiales.
A La Langosta le valen sombrilla las respuestas oficiales y a mí todavía más.

El Cine Y El Arte
Si arte es sólo lo que hacían los viejos griegos, entonces estamos fregados y somos una cultura retrógrada. Cosa nada novedosa. Ya McLuhan lo advertía al asegurar que nuestro conflicto es que estamos necios con resolver problemas nuevos, con métodos viejos. Ya Umberto Eco dividía a la cultura entre apocalípticos e integrados, adjudicando la primera etiqueta a todos aquellos tradicionalistas, inerciales que se escandalizaban con las variantes de las artes, que pedían todo al viejo estilo; o sea, a su estilo.
En otras palabras, desde una perspectiva apocalíptica, ningún cine puede ser arte; por más que directores franceses, y de algunas otras regiones europeas y hasta rusas, le hayan bajado la velocidad a sus cintas y se complacieran en mostrarnos diez minutos de una vieja con cara de fuchi mirando una taza de café sólo para decirnos que estaba melancólica o aburrida. Cinco minutos de sets deficientes tratando de mostrarnos el realismo claustrofóbico de una estación orbital en torno a Solaris. Y ejemplos como estos, a puñados, aunque haya pintores que aún aseguren que 2001 de Kubrick es un lienzo en movimiento... Siendo sinceros, nada de eso hace que una película sea artística.
Desde una perspectiva integrista, a-inercial, co-acelerativa, llenar de efectos especiales y hasta sustituir a los actores por seres de polígonos, tampoco le aumenta prestigio.
Como se dice por estas regiones: "ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre".

Cine de Zombis
¿Qué de artístico puede tener? ¿Si Kieslowski (el de la trilogía Tres Colores. Azul, Blanco y Rojo) hubiera filmado La noche de los muertos vivientes, con mostrarnos los patrones artísticos de las salpicadas de sangre durante diez minutos, la cosa habría cambiado?
La respuesta, a menos que mis cables estén completamente cruzados, es un rotundo NO.
Peter Jackson podrá ser ganador de Óscares, pero aún no se le considera un Buen Artista, sólo un buen negocio. Y ni en ese rubro ha entrado su película de zombis.
Las películas de zombis son una categoría fílmica que opera como antídoto de lo zomby, por eso los zombys de la academia jamás podrán validarlas. Por eso y por lo principal: su innovación descarada que no atiende (en las buenas obras) a los convencialismos de las filmografías de modé.
Cierto, hay pocas películas de zombis que sean íntegramente buenas. Son para verse en pantalla grande, con palomitas saturadas de salsa búfalo y re-verse como las XXX, con el control remoto en la mano, buscando el nuevo hallazgo, las escenas candentes. Nada más.
En este sentido las posturas anquilosadas de los académicos son acertadas: son obras que no se sostienen en su conjunto, pero que en su panorámica ofrecen mucho más que un par de docenas de películas para zombys, es decir películas Hallmark, totalmente descafeinadas, peliculas HBO, ridículas y convencionales con tintes de sagacidad o películas para autobús o jet, obras políticamente correctas que se jactan de conocer el cine, metatextualizarlo para generar bodrios que mantengan hasta a un niño idiotizado, mismo que al final no tendrá una sola duda sobre lo que ahí pasó.
El cine de zombis no es complaciente, es agresivo, incómodo; es un cine para despertar del letargo; éste no necesariamente es agradable, puede ser indignado, asqueado, sarcástico, juguetón pero nunca inocuo.
Tampoco es un cine de superación personal; por más que jueguen a ser inteligentes sus argumentistas, sus directores, nunca pretenderán ofrecernos la clave del mundo, la solución definitiva para acabar con los problemas humanos, aunque siempre pongan guiños, jueguen el viejo y eterno juego de descifrar enigmas.

Lo Que Dicen Las Películas de Zombis
Lo dicen en cada escena, en el ritmo borrego de los infectados buscando transformar a todos aquellos que no son como ellos. No porque estén convencidos de que su condición es la mejor, la óptima. Sólo por inercia. Por la inercia que da el hambre, esa pulsión sin motivo (pues la saciedad es un límite que desconocen) que quiere más y más, aunque en esa búsqueda acaben con todo.
Pero, como bien saben, los zombis son la masa indistinta, la ola ciega que arrasa el mundo como lo conocemos.
Los héroes son los humanos y lo que muestran sus conductas completa el esquema, el discurso del cine de zombis: los humanos NO son héroes, son seres con distintos umbrales de dolor que a final de cuentas los llevan a revelar sus verdaderas esencias de frente al acorralamiento, al pulso de su instinto de supervivencia, traicionando en el proceso toda su aparente y previa personalidad.
¿Acaso puede ser más clara la metáfora? Los zombis, esa ola de cuerpos podridos, representan el avance del progreso. Nada más y nada menos. Y los héroes, los pocos que se oponen a la ciega transformación de su mundo, las víctimas de su negativa a dejarse envolver por la masa borrega.
Todo lo anterior, sólo en el buen cine de zombis, porque hasta los zombys han caído en las garras de este género por las jugosas regalías que parecen prometerles (American Zombie es un claro ejemplo) y han incursionado con bodrios que atienden a las constantes de este tipo de filmografías y las siguen como si fuera el canon occidental o un manual para hacer telenovelas, con lo que terminan generando peliculas zombys, intragables bodrios con escenas ya más que vistas, nula crítica social y cero innovaciones argumentales.

Peliculas Zombys vs Películas de Zombis
Las películas zombys aseguran una cosa básica: ahí se habla de la "vida real", de lo que en verdad vale para un ser humano, aunque sólo sea válido para los de estatus zomby. Sus temáticas, pues, están basadas en la supuesta "realidad" consensual: esa que transmite día a día el televisor, el noticiero, los periódicos con sus categorías irritantes y, peor aún, los reality shows (que de real tienen lo que yo de marciano) que se jactan de sólo hablar del mundo palpable. O sea, de la sociedad de consumo.
Un zomby, por ende, aborrece todo lo que no hable de sus centros comerciales, sus competencias adquisitivas, su lucimiento de personalidades a través de las porquerías que llevan encima.
Un zomby, luego entonces, suele clasificar de fantasiosa toda cosa que no haga referente conciso a su "yo y su circunstancia". Para un zomby, incluso, las noticias sobre guerras y asaltos y secuestros, quedan en el apartado de "lo que les pasa a los pobres" o, peor aún, "a los pecadores".
Exiliados del mundo, alienados por la sociedad de consumo, los zombys sólo aceptan las ficciones que alienten su forma de vida, que justifiquen sus desempeños diarios. Obsesionados con sus relatos de la vida rosa, no desperdician momento para mostrar sus aspiraciones aristocráticas. El paradigma básico de sus argumentos, en este sentido siempre será Cenicienta, en sus múltiples y posibles variantes. O bien es una chica o un chico que descubre (variante 1) tras innumerables pruebas su original sangre azul que una conspiración que sus envidiosos y conspirativos pares le arrebatara casi en la cuna o, un chico o chica, de pasados dudosos (de clase media debido a un vuelco del destino, no necesariamente conspirativo) (variante 2) demostrará la viabilidad del sueño americano y a través de sus profundos valores morales, urbanos y su indómita capacidad de superación ascenderá vertiginosamente en la escala social hasta ser considerado un par. O (variante 3) será el ascenso (sueño americano a la mass media) de uno de estos mentecatos al estrellato gracias a las amplias aperturas mentales de los rectores de la escena, siempre dispuestos a encontrar diamantes en bruto en meseras, jugadores colegiales de algún estúpido deporte o, lo más nuevo, participantes de un reality show... y así, hasta el cansancio y la ridiculez... Una que incluso superan cuando se ponen escapistas y transforman a la ciudad en una enorme pista de baile de perfecta coreografía (en efecto, como ya lo sospechaban, esos de Michael Jackson eran zombys, no zombis) y súbito soundtrack omnisciente llegado por obra y gracia de su zombyficado dios en el momento más oportuno y climático.
Esa zombyficación ha echado tal clase de raíz que ninguno de los zombys (o aspirantes a) cuestionará ni un segundo la viabilidad de lo ahí relatado; no, en lo absoluto, de hecho, empezará a soñar a ojos abiertos con el momento en que esa relatoría pase a formar parte de sus memorias y lo catapulte a ese estado de gracia donde abundan la belleza, la elegancia, los grandes despilfarros en fiestas donde se codearán con las grandes personalidades, en vacaciones lujosas a lo largo del mundo, en...
¿Cómo, pues, podría aceptar un zomby la antítesis misma de lo que añora?
De ninguna.
El cine de zombis niega pleitesía a la sociedad de consumo, la ridiculiza a grados extremos al mostrarnos la ausencia del color rosa, al afirmar lo frágiles y animales que seguimos siendo hoy en día no sólo a través de ese ciego avance de la carne idiotizada, sino a través de la inutilidad de nuestros actuales y desenfocados esfuerzos en aras de un progreso que ha olvidado las razones mismas de su ingenio: proteger al hombre, cuidar de él; a través de ciudades, construidas en torno a fantasías glamorosas y frágiles que ni siquiera servirán de barricada a los sobrevivientes. A través de la muestra, siempre presente, de conductas, valores e ideales que se rompen, se transtocan con la llegada del miedo hasta dejar como único supervivente una ruina humeante, tan, pero tan parecida a lo que pasa hoy en Wall Street y en toda la economía mundial.
Quizá en este sentido, las películas de zombis no constituyan el mejor remedio, pues su estrategia cree en la terapia de shock, cree en el despertar de la paranoia creativa, cree en el humano; por eso lo critica y se niega a consecuentarlo.
Por eso yo me quedo con el cine de zombis y escupo sobre el de zombys.
Pero claro, esa es mi perspectiva, la de un convencido antizomby.

PD.- Ah, sí, conste que advertí: ya hay películas de zombis hechas por zombys; la mera inclusión de zombis en una cinta no la hace buena. ¿Listas? ¿Las diez mejores? Ya muchos se ocupan de eso, basta darse una vuelta por la Wiki o preguntarle a Google. A mí no me den lata, sólo arriésguense, ese es uno de los primeros pasos para dejar de ser zomby.
Puebla Capital, 2009


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Das pena ajena, atacar al cine en general de esa manera por que en la antigüedad no existia (Tus años mosos seguramente) Sentirte aquel que tiene la ultima palabra sin decirlo, eres como esos despojos humanos apestando el mundo con sus frustraciones y miedos, aquellos que estan en contra de todo y a favor de nada ¿Por que no mencionas que es para ti un arte si el cine no lo es? o mejor aun ¿Por que no mencionas alguna excelsa obra de arte tuya? si criticas asi al cine en general es por que algo mejor has echo, eres como un chiqui-Dios todo poderoso y creador ¿No? Te recomiendo mejor que respires, te concentres y despues pienses sobre tus palabras y actos, tal vez la crisis te arranco algo de valor pero no es para que salgas al mundo atacando todo sin razon, no seas de ese 80% mediocre que engalana al mundo, crea algo y despues presentalo ¿Quien te dejo escribir aqui? No demerites los logros de otros, te propongo que inventes el 7mo arte o algo similar ¿Vale? o quiza ya lo tengas no se... Ya se ira la crisis economico y las crisis que tu tengas, quitalas con tus propios medios, tu puedes, eres un mexicano universal, en contra de todo y a favor de nada.

Suerte.

Eugenio Zigurat dijo...

Me hiciste el día, hueeeei... Vales miiiillll!!!!. Nunca cambies... Tu nombre está súper, tus padres no pudieron ponerte mejor apelativo... Y tu hortographía, ¡hyper!

Anónimo dijo...

No exageres... La verdad no te hice el dia, para ti un buen dia seria encontrando un peso tirado en alguna calle o que algun automovilista te mande al hospital para que tengas un techo decente bajo el cual dormir y mi nombre no importa, puedes decirme padre si asi lo deseas... En fin, por cierto, tu respuesta de vales mmiiiiiiiillllllll!! hubiera estado mejor en el otro comentario que te deje, no eres nada listo... y mi ortografia no importa, te ves mal exigiendo sin ser un profesional de algo pero bueno, espero subas mas de esa basura que llamas ciencia ficcion si no que clase padre seria si no busco tu bienestar??

Atte papi Zigurat...

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